El pasado 25 de abril y en
el marco de las protestas a nivel nacional contra los recortes en materia
educativa, contra la tramitación de la nueva ley de educación (LOMCE) y contra
las reformas universitarias, la Plataforma Escuela Pública, Laica y Gratuita de
Burgos llevó a cabo un encierro en la Facultad de Humanidades y Educación de la
Universidad de Burgos con gran éxito de participación.
La jornada empezó sobre las
11 de la mañana con la colocación de diferentes pancartas y carteles alusivos a
los recortes y a la LOMCE por los alrededores de la Facultad de Humanidades y
el resto del campus universitario. Sobre las 12 del mediodía hubo una rueda de
prensa de la Plataforma a la que acudieron muchos medios de comunicación y en
la que se les dio a conocer las reivindicaciones de la Plataforma y el programa
de actos que se iba a desarrollar durante todo el día y la noche.
Tras la rueda de prensa, en
el hall de la Facultad se leyó el Manifiesto de la Plataforma para a renglón
seguido comenzar con la celebración de una asamblea a la que asistieron
representantes de toda la comunidad educativa: estudiantes, docentes, familias
y ciudadanía preocupada por la grave situación que atraviesa la educación en
Burgos y en todo el Estado. La asistencia fue creciendo en número a medida que
pasaba la mañana, de modo que habiéndola comenzado medio centenar de personas
la terminaron alrededor de 100 o 120. Durante la asamblea se discutieron
diferentes aspectos de la realidad educativa como los recortes, el anteproyecto
de la LOMCE, el cambio de modelo educativo y social al que estamos asistiendo y
la falta de un espacio en la Universidad como punto de encuentro e intercambio
de ideas para que los y las estudiantes puedan organizarse. Sin embargo, los
temas que provocaron mayor debate fueron el tipo de educación más adecuado para
la formación de las personas (estatal, pública, desescolarizada,…) y las
acciones que podrían llevarse a cabo para luchar de manera unitaria contra esta
situación regresiva en materia de educación. Sobre las 14:30 se dio fin a la
asamblea, momento que la gente aprovechó para comer y tomar fuerzas.
Tras la comida, alrededor de
las 16:00 horas se desarrollaron algunos de los talleres programados:
realización de los murales “Expresa tu opinión” y “Menos sobres y más
educación”, así como un taller de confección de pulseras verdes en defensa de
la educación pública. Se puso también una mesa informativa sobre el fracking y
diversos temas sociales. Posteriormente se representó la obra teatral titulada “Recortados
II”, en la que miembros de la plataforma dramatizaron con mucho humor una
posible reunión entre Rajoy y el ministro Wert en la que se desvelan las
auténticas razones de la puesta en marcha de la LOMCE y el desprecio de estos
personajes por la educación pública. Esta obra ya se había representado con
éxito en anteriores concentraciones de la Plataforma.
A las 18:00 más o menos dio
comienzo la asamblea de la tarde, en donde se retomaron los temas de discusión
de la mañana y se recogieron varias propuestas concretas para informar a la
comunidad educativa del día de huelga general en educación, convocada para el 9
de mayo, así como algunas de las distintas acciones que se podrían desarrollar
el mismo día de la huelga. Tanto la asamblea de la mañana como la de la tarde
fueron muy participativas.
Cuando se dio fin a la
asamblea vespertina, tuvo lugar un encuentro cultural con música y lectura de
poemas en la que participaron un nutrido grupo de personas. Se oyeron canciones
protesta en inglés, euskera y castellano y poemas reivindicativos que pusieron
una nota emotiva y levantaron el ánimo de las personas asistentes. Acabado el
acto cultural, a las 21 horas de la tarde, fueron cerradas las puertas de la
Facultad y alrededor de unas 60 personas, estudiantes, profesorado y padres y
madres de familia, se aprestaron a pasar la noche encerradas en el hall de
Humanidades.
El encierro transcurrió de
un modo tranquilo y convivencial. Se habían traído bocadillos, fiambreras y
todo tipo de alimentos, que la gente fue repartiendo con los demás. Incluso
algunas de las personas que no habían podido quedarse a dormir habían traído
alimentos para quienes iban a encerrarse.
El único y pequeño rifirrafe
de toda la jornada se produjo cuando la gente encerrada, para preservar su
intimidad, decidió poner un cartel en los cristales de la sala de información
del hall de Humanidades al percatarse de que allí había dos vigilantes de
seguridad. Tras una pequeña discusión, los vigilantes se marcharon a seguir
haciendo su ronda.
Tras la cena hubo otra
asamblea en la que se trataron otros temas importantes, entre los que
destacaron la necesidad de comunicar a toda la comunidad universitaria la
importancia de su implicación en esta lucha o la forma de proceder cuando
acabara el encierro esa madrugada. Tras la asamblea, parte de la gente, ya algo
cansada, se dispuso a abrir los sacos y echarse a dormir un poco, otra parte,
más dinámica e incansable, pasó a ver un documental sobre el mundo del trabajo
y llevar a cabo un debate sobre el modelo social que estamos sufriendo.
El encierro dio fin cuando a
la mañana siguiente comenzaron a llegar primero las limpiadoras y luego los
primeros y las primeras universitarias que acudían a sus clases. En algunos
ojos se veía la indiferencia, en otros un cierto asombro, pero en todos los
ojos se reflejaba el sentimiento de que el día de ayer y la noche que acababa
de pasar no habían sido un día y una noche normal, porque algunas personas
habían decidido luchar por aquello en lo que creen y plantear a toda la
sociedad burgalesa la pregunta que todavía podía leerse en los cristales de la
pecera de información “¿Eres normal o piensas?”
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